Por Carolina Moisés (*)
Por estas horas transcurre la primera visita de Estado a Chile, encabezada por nuestro Presidente Alberto Fernández, acompañado por los ministros de Relaciones Exteriores Comercio Internacional y Culto, Felipe Solá, de Defensa, Agustín Rossi y de Salud, Ginés González García. Todas estas carteras dan buena idea de por dónde transcurren los intereses y desafíos de la política exterior argentina hoy por hoy.A esta comitiva se han sumado los gobernadores de Salta, La Rioja y San Juan. Y esto no es ninguna casualidad puesto que, por estos días, nuestra embajada en China está produciendo un acercamiento inédito con el Banco Asiático de Inversión e Infraestructura (BAII), con el propósito de retomar las inversiones que fortalezcan los corredores bioceánicos a través de infraestructura de conexión multimodal.
Esto ocurre en un momento histórico clave: el crecimiento de China y su acercamiento con nuestro país, nos obliga a retomar la mirada sobre la importancia del desarrollo hacia el Pacífico. Fortalecer la infraestructura de conexión hacia los puertos de Chile es sólo una de las estrategias pendientes para revertir el déficit de la balanza comercial con el gigante asiático.
En ese sentido, el fortalecimiento de los pasos bioceánicos es clave en miras de mejorar las ventajas competitivas en el comercio con Asia debido a que, entre otras cosas, reducirá alrededor de un 30% de los costos de transporte y contribuirá a disminuir significativamente los tiempos de navegación.
La iniciativa, además, nos da la posibilidad de retomar la agenda de integración regional, congelada por la pandemia y poniendo en evidencia la necesidad de integrarnos para el desarrollo de nuestra región, en un contexto en donde diversas instancias multilaterales en el mundo flaquean.
La integración y cooperación con Chile significa, también, insistir en el espíritu del Tratado Maipú que en el año 2009 acordaran Cristina Fernández y Michelle Bachelet como herramienta de desarrollo integral y autónomo entre ambos países. Muestra de ello fue el anuncio del acuerdo para impulsar la conectividad regional “Puerta Digital Asia Sudamérica”, consistente en un cable submarino transpacífico para la integración digital entre ambos países en el que participará la empresa nacional ARSAT.
Por otro lado, el panorama internacional agrega un alto grado de incertidumbre en cuanto al comercio y a las inversiones en la región. No obstante, es innegable la creciente presencia no sólo de China en Sudamérica, sino además de la India, una presencia silenciosa que empieza a tomar protagonismo a través de proyectos de asociación e inversión.
Mirar hacia el Pacífico no sólo requiere ojos nacionales sino también federales. Los meses precedentes han demostrado las capacidades de las provincias argentinas en el escenario internacional. El desarrollo de los corredores hacia Chile, representa una oportunidad para las provincias periféricas, alejadas de los principales puntos de distribución y consumo del país, que tradicionalmente comercializan su producción a través de los puertos de Buenos Aires y Rosario. Por esto, no sólo es importante reforzar pasos internacionales como Cristo Redentor, sino, además brindar mayor capacidad operativa a los pasos del norte como Jama (Jujuy), Sico (Salta) y San Francisco (Catamarca), el paso de Pircas Negras en la región de Atacalar (La Rioja), entre otros que cubren la frontera de 5.308 km que compartimos con Chile.
La infraestructura de conexión es un paso federal fundamental que debe ir acompañado de iniciativas provinciales más constructivistas y solidarias. Iniciativas de trabajo mancomunado, de complementariedad productiva, de construcción de cadenas de valor, pueden ser los caminos para una inserción provincial eficiente en un panorama complejo, pero no imposible. La clave está en coordinar los intereses locales y transferirlos a una política exterior federal y representativa para el desarrollo integral de nuestro país.
En este camino por recorrer, Jujuy –en el extremo norte argentino–, se ubica en el centro del corazón sudamericano y en el punto intermedio del Corredor Bioceánico por el Trópico de Capricornio. Conectando los puertos del norte de Chile con los puertos del sur de Brasil. Hacia el oeste, los puertos de Iquique y Mejillones (Chile) son las puertas naturales de salida para la productividad del NOA. Tabaco, cítricos, hortalizas y minerales como litio, pueden tener no sólo como destino final Asia sino también el propio mercado chileno y peruano y motorizar, así, las economías regionales norteñas de Argentina.